@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Ya había llegado el día: domingo 15 de abril, y con él la I Carrera Popular Benéfica organizada por 'Stop Sanfilippo. Allí estábamos de buena mañana, un plan estupendo para rematar la semana. A pesar de que eran las 8.30 horas de la mañana, el madrileño barrio de Las Tablas ya estaba lleno de coches y de gente ataviada con ropa deportiva calentando por los bulevares de los alrededores. Los vecinos nuestro barrio tenían claro que ese día no había amanecido para pasarlo durmiendo, era el momento de participar en una acción solidaria que, además, promueve un buen hábito: la práctica de deporte.
Y así, las calles se fueron de llenando de entregados animadores que se repartían por todo el recorrido, mientras el punto de partida de la carrera congregaba a profesionales e improvisados atletas que solo tenían una meta: pasar un buen rato colaborando con una importante causa.
A los buenos samaritanos hay que cuidarlos, por eso, desde la organización, habían preparado una zona de masajes para tonificar los músculos de los participantes tanto antes como después de correr los 5 ó 10 kilómetros del circuito interurbano.
Y cuando todos tenían su dorsal identificativo plasmado en la camiseta (los más duchos en el atletismo también colocaban chips en sus zapatillas para controlar tiempos) y estaban colocados para comenzar, a las 9 en punto, preparados, listos...' y un pistoletazo dio paso a una salida que, con nada más y nada menos que 2.000 corredores inscritos, parecía que no iba a terminar nunca.
Caras sonrientes y un ambiente festivo para una competición en la que lo importante era reunir fondos para avanzar en la investigación de un extraño síndrome que afecta a unos 40 niños españoles, lo de menos la disputa por los primeros puestos.
Ya en la meta, el grupo de batucada Omandala esperaba a los más veloces
mientras marcaba el ritmo de la mañana a golpe de timbal. Casi sin que pudiéramos darnos cuenta, los 'Flash Gordon' de Stop Sanfilippo ya estaban cruzando la banda de llegada y, tras ellos, grupos de compañeros y un goteo de corredores alcanzaban el final del recorrido con una sonrisa, a pesar del agotamiento.
Los participantes se abrazaban, chocaban sus manos y se felicitaban los unos a los otros por lo bien que lo han hecho. Hugo, afectado por el síndrome Sanfilippo, llegó a la línea de meta entre aplausos y de la mano de sus padres, con quienes corrió el circuito urbano.
Para finalizar se repartieron los premios de las distintas categorías a ritmo de samba. Lola González y Carmen Conesa, los niños Hugo y Daniel, y algunos padres miembros de la asociación, fueron los encargados de entregar los trofeos a los primeros en finalizar la carrera en cada una de las categorías.
En la modalidad completa de 10 Km, el primer puesto fue para Juan Bueno, y en la de 5 Km Juan Antonio Saiz. En la femenina de 10 Km, la primera en llegar a meta fue Raquel Juanes, y en la de 5 Km Gemma Hidalgo. Los veteranos también tuvieron su propia categoría: en la masculina de 10 Km venció Isidoro Blasco y en la femenina Mª del Mar Martín. En la de 5 Km masculina quedó en primer lugar José Fábrega y en la femenina Fausta Alberta. Nuestros vecinos del barrio madrileño de Fuencarral también tuvieron sus galardones en una categoría especial, en la que ganaron Santiago Miranzo en 10 Km e Iván Giral en 5 Km. Para terminar, los carritos tuvieron también su mención especial en el podio. En el recorrido de 10 Km, el primero en llegar fue Juan José Carvajal y en el de 5 Km fue Eugenio Rodríguez.
Pero hubo premios para todos. Todo el mundo estaba feliz, y se consiguieron recaudar 20.000 euros, que irán destinados de manera íntegra a la investigación del Síndrome Sanfilippo, una de las conocidas como 'enfermedades raras' que buscan un tratamiento. Muchos de los participantes y asistentes como público no conocían este síndrome pero ahora, gracias a la iniciativa solidaria y a la organización de la I Carrera Popular Benéfica de Stop Sanfilippo saben mucho más de todo esto.
La bautucada siguió ambientando la celebración, y todos disfrutaron del clima de optimismo que se respiraba, celebrando los grandes éxitos de la carrera porque, al final, ganamos todos.