'Dale Pedales', un taller para las bicicletas antiguas que le han ganado el pulso al tiempo
@page { margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } A:link { so-language: zxx } Cuando entras en el local de Dale Pedales los relojes retroceden, el calendario recupera sus hojas y la atmósfera nos traslada hasta un taller de bicicletas de los años 50. Allí, David Iglesias y Melina Carranza trabajan con sus manos para devolver a la vida singulares velocípedos que han pasado años olvidados en los trasteros de diferentes casas.
Su principal objetivo es ése: enseñarles de nuevo a andar sobre dos ruedas, pero siempre respetando la esencia que tuvieron en su vida pasada. Manillares cosidos en cuero, sillines de piel remachados con tachuelas, como los de antaño, faros y cestas que cuelgan de sus frontales dotando a las bicis de ese carácter propio de los modelos de paseo, y el rinrineo de los timbres de metal que alertan de que un vehículo con mucha historia se está aproximando.
David lleva dos años y medio dedicándose a restaurar bicicletas. Él, según su titulación, es abogado, pero por casualidades de la vida ha terminado trabajando en esta tienda de estética retro. Se quedó en paro y poco después empezó ayudando a un mecánico de bicicletas durante unos meses. Tras este periodo de aprendizaje habló con un amigo suyo que trabajaba el cuero y decidieron compartir un local en el centro. De este modo comenzó su aventura sobre dos ruedas.
Tras investigar el estado actual del mercado de la bicicleta se decantó por los modelos clásicos, que le aportan a 'Dale Pedales' su seña de identidad y permiten a David trabajar el estilo que más le gusta. La mayoría de sus clientes son personas que quieren recuperar la bicis antiguas que tenían acumulando polvo en sus garajes, y el objetivo de todos ellos es volver a ponerlas a rodar, aunque hay otros que sumando a la utilidad del vehículo un valor sentimental deciden invertir más dinero en la puesta a punto de la bicicleta. En estos casos, la labor de David es pintarlas, restaurarlas, decorarlas y dotarlas del sello personal del taller, añadiendo complementos y una serie de accesorios clásicos que convierten a estos medios de transporte en auténticas joyas de coleccionista. Podemos admirar los resultados en el portfolio de su página personal.
En esta parte del proceso entra el trabajo de Melina, la encargada de trabajar el cuero. Cuando el primer socio de David dejó el taller, ella fue quien ocupó su lugar, aportando su sello personal de marca. Melina era estudiante de arquitectura, pero un día, cansada de pasar horas practicando dibujo técnico frente a su mesa, se dio cuenta de que lo que mejor se le daba era hacer maquetas y de que nunca encontraba un bolso que cumpliese todas sus expectativas, así que decidió crear su modelo perfecto. Desde que tocó el cuero por primera vez se percató de que ese era el material con el que realmente le gustaba trabajar.
Tras deambular de taller en taller en busca de un maestro de la piel, empezó a colaborar con el taller de 'Dale Pedales'. David también conoce bien el negocio del cuero ya que su familia se ha dedicado siempre a trabajarlo. Él fue el encargado de enseñar a Melina y desde entonces, además de diseñar bolsos y fabricarlos por encargo, ella es también quien crea los múltiples accesorios para la bicicleta, como carteras, mochilas, riñoneras, bolsas para las herramientas, petates y distintos tipos de bolsas con una inspiración clásica, cierres de hebillas, tachuelas y un sello personal que graba en la piel: la marca Oficio
Melina es mejicana y reconoce que la bicicleta le cambió la vida. Había vivido en otros países de Europa en los que la bici era el medio de transporte habitual, pero nunca se decidió a comprarse una porque sabía que su estancia allí era temporal, hasta que decidió instalarse en Madrid y se animó a desplazarse pedaleando. Ahora, además, el diseño de complementos para la bicicleta es una de sus principales ocupaciones.
Este es uno de los distintivos de 'Dale Pedales', que con su estética retro se diferencia de otras tiendas de bicicletas más urbanas y modernas. En el taller pintan las bicis y renuevan las pegatinas de marca para dejarlas como nuevas. Tienen también modelos de sillines que la clásica marca Brooks ha vuelto a fabricar, siguiendo el patrón y la estética primigenios
Actualmente, están introduciendo un nuevo producto para personalizar, más que a la bicicleta, al ciclista. El hermano de David está haciendo un curso de patronaje y es el encargado de diseñar delantales, pantalones y otras prendas que, también con un estilo clásico, permiten al piloto ir acorde con el vehículo pero sin ir disfrazado.
Pero además de ser un taller de restauración de bicicletas, 'Dale Pedales' se convierte por las tardes en un punto de encuentro entre amantes de las dos ruedas, músicos y artesanos que, unidos por sus aficiones se reúnen en el local para inventar nuevos accesorios, proponer ideas o, incluso, improvisar una Jam Session. En definitiva, este rincón situado a orillas del madrileño Paseo del Prado nos devuelve una imagen de la bicicleta que rememora los años en los que ya se pedaleaba hacia el futuro sobre un vehículo que le ha ganado la batalla al tiempo.